jueves, 12 de noviembre de 2015


energias renovables


Virus que crean energía para marcapasos
El descubrimiento podría ser el inicio del desarrollo de marcapasos y de otros implantes electrónicos que generen su propia energía.

Virus que crean energía para marcapasos - Foto D-M Shin et al
Los bacteriófagos son virus que infectan exclusivamente a bacterias. Básicamente consisten en unas moléculas de un ácido nucleico, ADN o ARN, dentro de un recubrimiento proteico. Uno de estos fagos, como también se les llama, es el M13 que tiene una estructura filamentosa (lineal) relativamente simple y que se ha empleado en alguna ocasión en aplicaciones nanotecnológicas.
Los materiales con los que están hechos los generadores piezoeléctricos no son biocompatibles
Ahora, un grupo de investigadores encabezado porDon-Myeong Shin, de la Universidad Nacional de Pusan (Corea del Sur), ha empleado fagos M13 para convertir la presión en electricidad, un descubrimiento que podría ser el inicio del desarrollo de marcapasos y de otros implantes electrónicos que generen su propia energía.
Los generadores piezoeléctricos, es decir, aquellos que convierten la presión en electricidad, son aparatos baratos y muy conocidos. Un ejemplo son los encendedores de cocina que se activan presionando un botón y en cuyo extremo aparece una chispa eléctrica. No en vano la piezoelectricidad tiene más de ciento treinta años de historia. Se empleó por primera vez por Marie Curie y su marido Pierre, quien describiera el efecto junto a su hermano Jacques en 1880, en sus investigaciones que desembocaron en el descubrimiento del radio a finales del siglo XIX.
El problema que presentan los generadores piezoeléctricosconvencionales para su uso en implantes en humanos, por ejemplo, es que los materiales de los que están hechos no son biocompatibles y, en muchos casos, son tóxicos. De aquí el interés en encontrar generadores piezoeléctricos de origen biológico.
Los fagos actúan como un muelle que al comprimirse genera electricidad
Lo que Shin y sus colaboradores hicieron fue crearnanocolumnas de fagos M13, lo que se consigue introduciendo los fagos en un molde, que emplearon como base para crear nanogeneradores. Cada columna de fagos actúan como un muelle hecho de varios muelles alineados que son las moléculas de ADN: al comprimir el muelle se genera electricidad.
Si bien los fagos M13 como tales funcionan, el equipo de investigadoresmejoró su rendimiento usando bioingeniería. Sustituyendo cuatro glutamatos cargados negativamente por alaninas en el genoma del fago casi se dobla la electricidad generada cuando se compara con el ADN sin alterar. Siguiendo en esta línea los científicos consiguieron triplicar la cantidad inicial, de tal manera que un nanogenerador de fagos podría encender una pantalla de cristal líquido solo con aplicarle presión.
Referencia: D-M Shin et al (2015) Bioinspired piezoelectric nanogenerators based on vertically aligned phage nanopillars Energy Environ. Sci DOI:10.1039/C5EE02611C 

* Este artículo es parte de ‘Proxima’, una colaboración semanal de la Cátedra de Cultura Científica de la UPV con Next. Para saber más, no dejes de visitar el Cuaderno de Cultura Científica. 


energias renovables


Nanoflores para el almacenamiento de energía y captación de la energía solar

Investigadores de la Universidad de Carolina del Norte de Estados Unidos han creado estructuras similares a una flor que son de sulfuro de germanio y que pueden llegar a ser una revolución en el campo del almacenamiento de energía, GES o sulfuro de germanio. Se trata de un material semiconductor que tiene pétalos muy finos que ocupan una amplia y extensa superficie. La flor de sulfuro de germanio está resultando ser una promesa tanto para la próxima generación de dispositivos de almacenamiento de energía como para la fabricación de células solares.

Las “nanoflores” de sulfuro de germanio semejan unas mini-diminutas flores que tienen pétalos de tan sólo 20-30 nanómetros de grosor. Son “nanoflores” que proporcionan, sin embargo, un gran área superficial ocupando una pequeñísima cantidad de espacio. Esta característica física es muy importante ya que permitiría, por ejemplo, aumentar significativamente la capacidad de almacenamiento de energía de las baterías de ión litio.
En efecto, al ser la estructura más delgada y contar con un área superficial muchísimo más grande, las “nanoflores” podrían contener un número muy elevado de iones de litio por unidad de superficie. Mucho más que el resto de las estructuras que se conocen. Del mismo modo, la estructura de las “nanoflores” podrían contribuir significativamente al aumento de la capacidad para supercondensadores, que también se suelen utilizar para el almacenamiento de energía.
Para crear estas estructuras de sulfato de germanio en forma de flor, lo que hacen los investigadores primero es calentar polvo de sulfato de germanio en un horno hasta que éste se comience a vaporizar. El vapor creado se sopla entonces hacia una zona del horno que, deliberadamente, está más fría para su condensación.
En esta zona, es donde el vapor de sulfuro de germanio se condensa sobre una lámina estratificada que tiene tan de sólo 20 a 30 nanómetros de espesor, y llega a medir hasta 100 micrómetros de largo. A medida que se van añadiendo capas adicionales, las hojas se ramifican desde una capa a la otra, creando un patrón floral muy similar a una flor tan conocida como son la margarita o el clavel.
Para obtener esta estructura, es muy importante controlar el flujo del vapor de sulfuro de germanio de manera que tenga tiempo para que su condensación se extienda en capas, en lugar de agregarse en forma de grumos.
El sulfuro de germanio es un material similar a otros materiales como el grafito, que también se depositan en capas, o en hojas, ordenadas. Sin embargo, el sulfuro de germanio es muy diferente del grafito en lo que se refiere a su estructura atómica.

En efecto, la estructura del sulfuro de germanio es muy buena para captar la energía solar y convertirla después en energía útil. Este hecho hace que sea una estructura muy atractivo para su empleo en la fabricación de células solares, en particular, ya que el sulfuro de germanio es relativamente barato y, además, no es tóxico. Hemos de tener en cuenta que muchos de los materiales utilizados actualmente para la fabricación de células solares son materiales caros 
FUTURO
Un nuevo material podría revolucionar el almacenamiento de energía
Un equipo se de investigadores ha desarrollado un método para fabricar una plastilina conductora capaz de almacenar la electricidad. El método barato y fácil de llevar a escala industrial, lo que podría dar solución a uno de los grandes problemas de energía de nuestros tiempos: conseguir almacenarla.
Detalles del proceso descrito en la investigación - Foto Universidad Drexel
de Se sabía que determinados materiales pueden almacenar energía en forma de potencial electrostático en capas bidimensionales, pero su fabricación era peligrosa por los productos necesarios para fabricarlos. Ahora un equipo de la Universidad Drexel (EE.UU.) ha conseguido desarrollar un método que es más barato, seguro y sencillo para fabricarplastilinas que son supercapacitores, triplicando la cantidad energía eléctrica que pueden almacenar. El procedimiento, además, es muy fácil de llevar a escala industrial. Por su trascendencia, los resultados se han publicado en Nature
A diferencia de las baterías que convierten la energía química en eléctrica, los capacitores (también llamados condensadores) almacenan energía como potencial electrostático, parecido a crear una carga estática en un jersey. Los supercapacitores tienen varias ventajas sobre las baterías: se cargan en cuestión de segundos, pocos minutos a los sumo, pueden liberar la energía en forma de descargas grandes y rápidas y son extremadamente duraderos. Serían ideales para reemplazar a las baterías en automóviles.
Los capacitores pueden liberar la energía en forma de descargas grandes y rápidas.
El mismo equipo de investigadores descubrió en 2011 una familia completamente nueva de supercapacitores a la que llamaron MXenos. El nombre proviene por una parte de su composición química, la M es un metal de transición y la X representa al carbono o al nitrógeno, y el sufijo -eno hace referencia a su similitud bidimensional con el grafeno. Lo más interesante de los MXenos es que podían almacenar tres veces más energía que los capacitores de carbono estándar. Sin embargo, en su fabricación participaba el ácido fluorhídrico, muy corrosivo y muy tóxico.
El nuevo proceso sustituye el ácido fluorhídrico por ácido clorhídrico diluido y fluoruro de litio, sustancias muchísimo más seguras. Pero no solo eso, este nuevo proceso trajo la sorpresa de que un conocido MXeno, elcarburo de titanio (Ti2C3), almacenaba varias veces la energía del mismo producto sintetizado usando ácido fluorhídrico o, lo que es lo mismo, seis veces lo que un capacitor de carbono.
Para sorpresa de los científicos, el nuevo material también es maleable.
Pero el MXeno mejorado reservaba otra sorpresa: era maleable como la plastilina, gracias a las moléculas de agua que se intercalan entre las capas del compuesto. Los investigadores lo pudieron modelar de distintas formas y laminarlo para formar capas de unas decenas de micras de espesor. No solo eso, si se diluye también se pueden hacer recubrimientos con él, incluso escribir usándolo como tinta.
Las posibilidades de un material como éste son inimaginables: se puede modelar en la forma que se quiera, tiene una capacidad de almacenamiento eléctrico alta, puede usarse como electrodo en baños sulfúricos con resultados espectaculares, los materiales de partida son muy abundantes y el proceso de fabricación es sencillo y seguro. Si además tenemos en cuenta que estos son resultados de la primera generación del producto, no es aventurado decir que podemos estar ante una verdadera revolución en la forma en la que se almacenará la energía en el futuro.
Next. Referencia: M Ghidiu et al (2014) Conductive two-dimensional titanium carbide ‘clay’ with high volumetric capacitance, Nature DOI: 10.1038/nature13970
* Este artículo es parte de ‘Proxima’, una colaboración semanal de la Cátedra de Cultura Científica de la UPV con Para saber más, no dejes de visitar el Cuaderno de Cultura Científica.


BIOINGENIERÍA

miércoles, 11 de noviembre de 2015




Enphase crea un sistema de almacenamiento de energía solar
Ephase está a punto de lanzar una alternativa para resolver el problema del almacenamiento de las instalaciones solares. Se trata de Home Energy Solution, una plataforma integral que ofrece la posibilidad de almacenar, controlar y gestionar la electricidad proveniente de la energía solar en nuestro hogar. 
El sistema cuenta con una gama de baterías AC modulares, así como con un concentrador de red que se conecta a una app de monitorización basada en la nube.
Las baterías, que se colocan en una de las paredes del hogar, incorporan un microinversor bidireccional que proporciona 1,2 kW/h y tiene una salida de potencia de 275W/500W. La garantía de las baterías es limitada y cubre un máximo de 10 años o 7.300 ciclos.
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El concentrador de red es un dispositivo del tamaño de una tablet y se conecta con la app para que se muestre toda la información relacionada con el sistema fotovoltaico del usuario: la cantidad de energía generada por unidad de tiempo en los paneles solares, la electricidad que se distribuye en el hogar proveniente de la fuente solar así como la que se utiliza de la red.
Una vez que esté instalado, el sistema optimizará de manera automática el uso de laenergía fotovoltaica, derivándola a las baterías en el momento de máxima generación y gestionando su almacenaje.
“Las soluciones que conocemos hasta ahora son esencialmente sólo una batería”, señala Nathan Dunn, Managing Director de Enphase Energy. “Para obtener un sistema como el nuestro, tendrían que añadir componentes y software adicional. Nosotros estamos ofreciendo una solución completa que puede ser en la práctica una plataforma Plug & Play”, concluye.
Enphase comenzará a probar su sistema en Australia, donde se empezará a comercializar el próximo mes de diciembre y tendrá un precio de 817 dólares americanos por kW/h .
[Fuente: Enphase]

martes, 10 de noviembre de 2015

energias renovables


Batería recargable para almacenar energía solar en las casas




Un equipo de científicos e ingenieros de la Universidad de Harvard ha desarrollado una batería de flujo recargableque tiene la capacidad de almacenar de manera limpia, segura y con un coste muy bajo la electricidad producida en las casas mediante instalaciones solares o eólicas. 
Tanto los paneles solares como las turbinas eólicas sonfuente de energía verde y renovable, pero el problema de estos sistemas de autoabastecimiento eléctrico reside en el almacenamiento. Las instalaciones tradicionales proporcionan la energía de manera inmediata, de manera que lo que no se consuma en el momento se pierde y, además, si el día se nubla o el viento se detiene no es posible obtener suministro. 
Para resolver este inconveniente, este grupo de investigadores ha diseñado una batería de flujo segura y rentable que se puede utilizar tanto de manera doméstica como comercial. Está elaborada con materiales de bajo coste que se encuentran en la tierra de forma habitual, como carbono, oxígeno, nitrógeno, hidrógeno, hierro y potasio. Los compuestos no son tóxicos ni tampoco inflamables. 
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"Los materiales no son tóxicos, son baratos, y al estar disueltos en una abundante cantidad de agua son seguros, ya que no puede prenderse fuego, un detalle muy importante cuando se están almacenando grandes cantidades de energía eléctrica cerca de la gente", explica Michael J. Aziz, uno de los ingenieros que ha desarrollado el invento. 
A diferencia de las baterías de electrodos sólidos, las baterías de flujo almacenan la energía en los líquidos contenidos en los tanques externos, de manera similar a las pilas de combustible. Los tanques establecen la capacidad de almacenamiento y el hardware de conversión electroquímica a través del que se bombean los fluidos establece la potencia.
Ambos elementos se pueden personalizar para que cada usuario disponga de la energía atendiendo a sus necesidades. Además, como la cantidad de energía que puede guardar aumentar con sólo aumentar el tamaño de los tanques, se puede almacenar mucha más a un menor coste que los sistemas de baterías tradicionales.

lunes, 9 de noviembre de 2015

energias renovables


Aprovechar el calor del asfalto para generar energía





Un innovador proyecto español está desarrollando una tecnología para conseguir aprovechar la energía acumulada en el asfalto para emplearla como calefacción y climatización de edificios. Su nombre: Proyecto Pavener.
¿Alguna vez, de viaje en coche, has visto las típicas ondas que aparecen cuando miras la carretera? Se producen por el calor que acumula el asfalto, el cual puede alcanzar hasta los 70 grados de temperatura en días con una gran incidencia de los rayos del sol. Teniendo en cuenta la cantidad de carreteras que se extienden a lo largo y ancho de nuestra geografía... ¿Por qué no utilizar ese calor acumulado como energía para climatizar los edificios?
El proyecto Pavener, en el que participa el Centro Tecnológico Vasco Tecnalia, se basa en la circulación de un fluido a través de un sistema de tuberías instaladas bajo la superficie de las carreteras. Este fluido funcionaría de este modo como un colector solar, de modo que posteriormente se podría utilizar para refrigerar hogares, centros de ocio, etc.
Pero no solo la climatización es importante. Otro de las posibles utilidades de esta tecnología sería la seguridad en carretera, pues la energía acumulada podría utilizarse para mantener las carreteras por encima del estado de congelación en invierno, evitando la formación de placas de hielo. Además se vertería menos sal en las aceras, reduciendo su impacto ambiental, además de reducir la cantidad de agrietamientos y fracturas en el asfalto al evitar cambios bruscos de temperatura en el mismo.
Como explican desde Tecnalia, "la Unidad de Construcción de la empresa está investigando las propiedades térmicas y mecánicas del sistema, mediante simulaciones y mediciones experimentales", apuntando que "el rendimiento del sistema será estudiado tras la construcción de un prototipo".

¿Cómo almacenar la electricidad procedente de energías renovables?


Uno de los mayores problemas de lasenergías renovables es que se producen de manera intermitente mientras que la demanda también conlleva cambios horarios, diarios y estacionales. Para salvar este inconveniente, muchos científicos se esfuerzan en buscar modos de almacenar la energía producida. Un ejemplo es el laboratorio de hidrógeno diseñado por investigadores de la Universidad de Sevilla.

El objetivo del proyecto es transformar la energía eléctrica de origen renovable en hidrógeno y encontrar la estrategia más adecuada para su utilización. El modelo incorpora un dispositivo que consume energía eléctrica y la descompone en oxígeno e hidrógeno, con la idea de almacenar este último y utilizarlo en una pila de combustible.
La novedad de esta infraestructura es que permite simular diferentes modos de actuación según las necesidades del momento. "De esta forma, si la prioridad es satisfacer la demanda de energía eléctrica se establecerá un modo, si queremos maximizar la producción de hidrógeno se establecerá otro, si queremos prolongar la vida de las baterías se define otro modo y si queremos maximizar el beneficio económico se obtendrá un modo de funcionamiento distinto", ha explicado Luis Valverde, uno de los participantes en el proyecto, a la Fundación Descubre.

Los investigadores pretenden trasladar sus resultados a la industria e implementar las simulaciones en instalaciones reales. Por ello, el proyecto de investigación se desarrolla en colaboración con la empresa Hynergreen Technologies, que colabora aportando datos reales.

 

jueves, 5 de noviembre de 2015

energias renovables



Turbinas gigantes para sustituir la energía nuclear por energía eólica



Un científico japonés ha diseñado un nuevo tipo de generador eólico que podría triplicar la cantidad de energía obtenida por los "molinos" actuales. Su propuesta consta de una enormeturbina con las aspas embutidas en una estructura en forma de aro de 100 metros de diámetro que intensifica el flujo de viento que incide sobre ellas.
El desastre de la central nuclear de Fukushima, a causa del tsunami que la arrasó a principios de este año, ha provocado que se refuercen las iniciativas para sustituir paulatinamente el uranio y el plutonio por energías limpias. En este contexto, el japonés Yuji Ohya, profesor de la Universidad de Kyushu ha presentado su proyecto "Wind Lens", basado en la energía eólica, en la Exposición Internacional de Energías Renovables que se ha realizado este año en Yokohama.
Una de las principales dificultades para la sustitución de centrales nucleares por otras de energías renovables es la enorme capacidad de producir electricidad que tienen las primeras en comparación con las demás. Ohya se ha esforzado en aumentar los rendimientos que podrían generar las centrales eólicas y ha desarrollado estos nuevos generadores que utilizan una estructura que funciona a modo de "lente" con el viento que llega al molino. Según el propio científico, su ingenio logra triplicar la cantidad de energía eléctrica que proporcionaban los antiguos generadores.
Aunque presumiblemente seguirá sin poder competir de tú a tú con la energía que produce una central nuclear, la implantación de grandes concentraciones de estas turbinas bien podría reemplazar a una central nuclear con todos sus peligros y problemas.

Evitar los problemas del ruido y el paisaje

Otro de los efectos negativos que tradicionalmente se asociado a las centrales eólicas es el ruido acústico que generan y su impacto sobre el paisaje. Para solucionar esto, el científico nipón ha previsto instalar los generadores sobre una base hexagonal flotante para luego unir varios de estos soportes en superestructuras. Estas se remolcarían de uno a dos kilómetros mar adentro. De esta manera se aprovecharían los fáciles accesos al mar de que dispone la isla de Japón y se ahorraría el espacio terrestre del que carecen.

Un nuevo generador convierte el movimiento humano en electricidad











Las energías renovablesestán dando cada vez un paso más firme y definido dentro de nuestra sociedad. La necesidad de encontrar energías limpias que vayan sustituyendo poco a poco a los combustibles fósiles es prioritaria, tanto porque estos recursos no son infinitos como por mimar (y no marchitar) el planeta en el que vivimos mediante el uso de “tecnologías verdes”. Existen muchas iniciativas dedicadas a la explotación de energías limpias y, de hecho, su crecimiento está siendo exponencial en países como Asia o China, al mismo tiempo que Europa o EEUU también apuestan fuerte por ellas.

Buen ejemplo de ellos son las iniciativas enfocadas en aprovechar el movimiento humano para convertirlo en energía. Sin ir más lejos, el laboratorio de Bioingeniería de Auckland (Nueva Zelanda) diseñó una una serie de finísimos generadores eléctricos que podían aprovechar la energía del movimiento (como puede ser la que realizamos al correr o caminar), para cargar dispositivos como el móvil.

Ahora, un nuevo estudio llevado a cabo por investigadores chinos del Instituto de Nanoenergía y Nanosistemas de Pekín, liderados por Zhong Lin Wang, y publicado en la revista Nature Communications, presenta un innovador generador de pequeño tamaño que convierte el movimiento en electricidad gracias a la fricción.

Lo interesante y particular de este invento es que es capaz de convertir no solo un pequeño movimiento del cuerpo en energía eléctrica, sino también una brisa suave, ondas de sonido, vibraciones naturales, las olas o una corriente de agua de un grifo; cualquier movimiento ambiental es susceptible de convertirse en electricidad gracias al generador triboeléctrico rotatorio.

“El efecto triboeléctrico es una electrificación inducida por contacto. Un material se carga eléctricamente después de entrar en contacto con otro material distinto a través de la fricción. Este efecto origina la electrostática cotidiana”, afirma Lin Wang.

Según los autores, 
el dispositivo consigue una eficiencia del 24% y gracias a su pequeño tamaño y peso, podría ser ubicado en cualquier espacio. El coste de fabricación también es bajo, por lo que lo hacen un buen candidato para convertirse en producto de fabricación masiva.

Café convertido en biocombustible


Un estudio impulsado por el Centro de Tecnologías Químicas Sostenibles de la Universidad de Bath establece que es posible utilizar residuos molidos decafé para obtener biodiésel. La idea, según describe un equipo de investigadores en la revista ACS Journal Energy & Fuels, es remojar el producto en un solvente orgánico especial antes de aplicar un proceso denominado transesterificación, que se viene usando en la obtención de combustibles de origen vegetal.  

Estos expertos apuntan que de este modo es posible conseguir un compuesto oleoso con propiedades similares al que se produce a partir de las plantas que se cultivan exclusivamente para lograr biodiésel. La ventaja de este nuevo sistema estriba en que la materia prima es un desecho de un cultivo que previamente ya ha sido aprovechado para otro fin. 

Aunque el combustible generado de este modo representaría una mínima parte en el mix energético, estos científicos creen que sería muy útil a pequeña escala, por ejemplo, para impulsar los propios vehículos de reparto de café. De hecho, estiman que una pequeña cafetería produce unos 10 kilos de los citados residuos, a partir de los cuales es posible generar dos litros de biodiésel

Crean un material que extrae el calor de los edificios y lo envía al espacio



El mundo necesita de tecnologías que no requieran potencia energética. Elcalentamiento global que ya es un realidad y no un problema futuro nos obliga a pensar más en nuestro medio ambiente. Las tecnologías de ahorro energético y de reutilización de recursos se han convertido en una prioridad y los cerebros de científicos de todo el mundo están resueltos a proporcionarnos soluciones. Como esta.

“Enfriamiento fotónico radiante”, así se llama el nuevo sistema ideado por un equipo de ingenieros de la Universidad de Stanford en California (EEUU) y que servirá para enfriar edificios sin necesidad de encender el aire acondicionado ni de utilizar ningún aparato conectado a la red eléctrica. Se trata de un nuevo material con el que tras revestirse los edificios con él, este extraería el calor y lo enviaría fuera del edificio, directamente al espacio.

El innovador material lleva varias capas de elementos y es ultrafino, más delgado incluso que una lámina de aluminio. Tiene apenas 1,8 micras de espesor y está compuesto de siete capas de dióxido de silicio y óxido de hafnio sobre una delgada capa de plata. Al colocarlo, el inmueble se enfría hasta 5º centígrados, según explican en un artículo en la revista Nature.

¿Cómo funciona? El recubrimiento irradia la luz infrarroja que conduce el calor lejos del edificio, pasando a través de la atmósfera sin calentar el aire y yendo directamente al espacio. Para que la luz del Sol no caliente el edificio, el nuevo material actúa como una especie de espejo que evita que la luz solar golpee el edificio y lo caliente.

“El enfriamiento radiante fotónico hace de la refrigeración fuera de la reduna posibilidad para las regiones rurales, además de ayudar a la disparada demanda de aire acondicionado en las zonas urbanas”, explica Aaswath Raman, líder del estudio.


Llega la placa solar diáfana


Muy pronto, las ventanas podrían captar directamente la energía solar para generar electricidad. Y todo sin circuitos ni componentes que dificulten ver a través de ellas. Eso pretende un equipo de investigadores de la Universidad Estatal de Míchigan, que ha desarrollado un minipanel solar transparente.

Según el ingeniero químico Richard Lunt, que ha participado en el proyecto, “el dispositivo usa moléculas orgánicas que absorben radiación luminosa en longitudes de onda no visibles, como ultravioleta o infrarroja cercana. Como los materiales no absorben ni emiten luz en el espectro visible, son transparentes a nuestra visión”, explica. Su eficiencia energética ronda el 1 %, pero estos expertos creen que podría superar el 5 %, lo que permitiría su explotación comercial dentro de unos años.
Miles de investigadores de todo el mundo trabajan en desarrollar nuevas formas de energía más limpias y menos intrusivas. Este es un ejemplo más de la importancia de la investigación y el desarrollo para conseguir un futuro menos contaminante sin renunciar al consumo energético actual.